El entremés ¡La Edad Media y el Camino de Santiago!
Escrito por cavilaciones el 12 abril, 201413 de abril de 2014
¡EL ENTREMÉS!
(48) ¡La Edad Media y el Camino de Santiago!
Cuando el paseo dominical pasa a larga caminata con el correr de los minutos y la cantidad de cuadras que vas dejando atrás y te pones a pensar qué diablos estoy haciendo aquí, ca… son las 9 de la mañana, es domingo, día de descanso, ¿qué no? Parece que todo el tinglado que armaste los días anteriores para estar aquí solo fue puro teatro y está a punto de caerse con sonoro estruendo. Hay que luchar contra el pobre espíritu y continuar. Con un poco de ganas en un santiamén desapareces las flaquezas.
Medio camino lo hicimos en el Paseo de la Reforma, esta enorme y hermosa avenida ideada por Maximiliano y Carlota como un fácil acceso al remoto Castillo de Chapultepec, su real residencia. No cabe duda que el austriaco tenía imaginación y conocimientos de las Capitales Europeas. Uno de sus ingenieros, Ferdinand von Rosenzweig, fue el encargado de las obras.
Nada más llegar don Porfirio el Paseo, seguro, es re bautizado en conmemoración de las Reformas Liberales, la verdad es que no sé quién le puso el nombre pero ya estamos tan acostumbrados que le sienta como anillo al dedo.
Este aristocrático paseo en la época de don Porfirio fue el asiento de las residencias y palacetes de los ricos y muchos otros que sentían que la pura sangre azul de su descendencia corría por sus venas. En nuestra época se ha convertido en el escaparate de la riqueza que en este México prospera a la misma velocidad que los paupérrimos asentamientos (RAE: 4. m. Conjunto de chabolas agrupadas.) con aroma de hambre, miseria y abandono que rodean a nuestra Capital. Y la historia de siempre: ¡cuánta injusticia junta!
El domingo 30 de marzo Reforma se convirtió en un Paseo muy democrático, nosotros lo vimos de Chapultepec a bellas Artes, lleno de gente deseosa de disfrutarlo. Buen número de bicicletas de todos tamaños y edades igual que sus pedaleadores. Muchachos y muchachas en patinetas y otros en patines, y aquellos que sin pena se dan dos que tres azotes aprendiendo a usarlas. También los pedestres hacen acto de presencia caminando y trotando. En cada glorieta hay grupos de ejercicio que cualquiera se puede sumar, brincotear al son de ruidosa música que aturde a todos, algunos aislándose del bullicio practican yoga y más allá otros moviéndose al ritmo de alguna practica oriental, a saber cómo se llama, hasta pesas. Y carpas con vendimia de accesorios de ejercicio y otras cosas. Hay que verlo, te lo recomiendo.
Al fin de cuentas todo esto es para platicarles de los peregrinos de Santiago de Compostela, allá en España, que tiene una tradición que empezó en 900 d.C. Es de llamar la atención la capacidad de atracción de este sitio de veneración de muchos credos que compite con Roma, Jerusalén, La Meca y otros alrededor de todo el mundo.
Ya no los enrollo más, mejor los invito para que abran el susodicho artículo que acompaña a este entremés con el mismo título con el que arriba arranco.
Eduardo
Eduardo Gama Barletti