6 ¡Cavilaciones y Desvaríos de lo que sea!

Escrito por cavilaciones el 28 agosto, 2010

26 de agosto de 2010

Entre tantas noticias fatales y de algunos éxitos obtenidos por el ejército y la marina en la detención de narco-delincuentes (nótese la ausencia de delaciones de los operativos, por lo tanto nótese la ausencia de las policías locales entre los militares que llevaron a cabo esas acciones pero nótese la presencia de algunos policías, entre los detenidos; algo podrido y pestilente, hasta el fondo, hay en las policías de Nuevo León ¿será solo ahí? Lo dudo) también encontramos algo bueno, diferente, fresco. Una muestra de que no todo nos sale mal. Algo que además de la guerra anti narcos también nos lanza al estrellato mundial, aunque esto sea por unos cuantos días.

¿Qué qué? ¿A poco no se dieron cuenta que tenemos una Miss Universo 2010? Pues sí, Jimena Navarrete, Miss México oriunda de Jalisco, alcanzó ese codiciado trofeo, otorgado en Las Vegas, por ser la más bella de entre las todas las bellas que se presentaron a concursar este año. Hace ya 19 años que Lupita Jones lo había ganado para México. Cuando vi las fotos de las concursantes finalistas, con el traje de fiesta en unas y en otras con tamañito bikini, no sé cómo pudo ser elegida ella de entre tantas preciosidades, ni a cual más ni a cual menos, menudo dilema el de los jueces el dejar fuera a todas las demás. Yo hubiera otorgado el premio a todas, la verdad que todas se lo merecen. Aun así destaca la moda de la delgadez como virtud básica para ser calificada bella. Si de flacas estamos hablando, ayer vi la película de Angelina Jolie, Agente Salt (el Bruce Willis en Duro de matar pero en mujer, ya se habían tardado los feministas) que vale la pena de verse por la acción constante que rebasa lo creíble y lo increíble y una trama diferente, que pone la época de la guerra fría en estos días solo para que no olvidemos las bombas atómicas y en manos de quienes están estas y nosotros como mundo, y hay escenas donde se le ven hasta los huesos. Yo me acuerdo de una Angelina un poco más llenita muy guapa y muy risueña lejos de la tristeza y flacura que en esta película y en fotos recientes se le nota. Pobres de todas las mujeres que automáticamente se comparan con ella, y con muchas otras figuras del medio artístico, y pretenden parecerse a ellas a riego de su salud. Muchas de esas ninfas, diosas de la belleza, rayan en la anorexia y algunas ya son auténticos esqueletos listos para las clases de anatomía de cualquier escuela de medicina. De todas esas mujeres que todos los días están tratando integrarse a las famélicas tribus biafreñas luchando por perder peso hasta convertirse en lamentables esqueletos forrados con pieles arrugadas, que mas bien parecen momias egipcias escapadas de algún museo, dignos de usar la morgue como dormitorio, de todas esas buscadoras de la figura esquelética quien va a resistirse como paciente cuando un médico les prometa trasladarlas a ese paraíso panteonero y les diga que en su curso de anatomía tuvo ni más ni menos a Angelina Jolie, Eva Longoria, Demi Moore, Julia Roberts, etc. etc. entre sus manos. Todo sea por ir a la moda, pero bien decía mi abuela “de la moda lo que te acomoda”. Arriba el sobre peso, no desistamos de acumular algunos kilitos de mas por la línea del buen comer y beber, mejor que digan “mira que bien estaba, murió por sus excesos, tragón y bebedor” en vez de “mira que flaco, parece sano, muy mal comido y mal pasado, pero sano, lástima que se nos fue”; algo así como aquel español que queriendo ahorrar le enseño a su caballo a no comer y el desagradecido se murió cuando ya lo había aprendido. Hay que escoger y esto también está en nuestras manos. De acuerdo, de acuerdo, mucho ruido para un concursito que a lo mejor esta amañado, además este premio internacional a la belleza de nuestra Jimena no se compara con el sin número de medallas de plomo que se reparten por todo el territorio nacional, pero de cualquier manera que nos haga sonreír un poquito. También tenemos nuestro lado bueno, yo diría que muy bueno, no dejen de ver las fotos del certamen, lo confirmarán.

Dejen que les cuente. El día de ayer, 25 de agosto, miércoles, partieron mis nietos, su madre, mi adorada hija y mi yerno, a su patria adoptiva por el momento, a San Pedro Sula, si alguien no lo sabe esta población es para Honduras lo que Monterrey para México, pero en chiquito, muy chiquito (sin ánimo de ofender a nadie, ni a los de Monterrey). Su estancia aquí fue un largo fin de semana que empezó el 2 de agosto, algo así como el puente Guadalupe Reyes de diciembre que tanto nos encanta. Así, tranquilos y tristes, se van. Agarran sus bártulos y ahí nos vemos hasta la próxima, por ahí de diciembre, y los abuelos, los viejos, aquí se quedan. Ellos llenarán sus días con las labores cotidianas que a cada quien le corresponden, aquí nosotros nos quedamos con un enorme agujero de emociones partidas el cual hay que llenar y para lo cual contamos solo con un rastrillo, al cual para acabar de amolarla le faltan algunos dientes, antes de reintegrarnos a nuestras labores diarias que ya con el paso de los días de este largo puente se han acumulado. Veo la perspectiva y se me hace cuesta arriba, pero ¿qué hago?, aguantar y pedalear.

Déjenme decirles que todo esto bien valió la pena, se los digo después de haber disfrutado, y sobrevivido, tres semanas de vacaciones, del tingo al tango, con tres chiquillos entre siete y once años y su madre. Ella a lo que viene, a que se le consienta, que los abuelos se encarguen de sus arañas. Ellos a lo suyo, llenos de energía, inquietudes, preguntas sobre respuestas de preguntas que ya vienen de otras preguntas. Un círculo de nunca acabar, mejor cabría la comparación con una espiral ascendente la cual nunca termina. Hay momentos en que rebasas tu límite de incapacidad, normal, pues se me olvida tomar la medicina para la memoria, y todo se va al traste ¿abuelo pero si antes ya habías dicho otra cosa? ¿Qué ya no te acuerdas abuelo? La neta ¡no! ¡Y me vale! ¡Y..! Pero que puedes hacer cuando su día empieza a las siete da la mañana y termina entre las siete y las diez de la noche, es un concurso de aguante y generalmente ellos ganan. Terminas agotado, exhausto pero encantado, feliz de descubrir los cambios que esos pequeños van teniendo día con día y, orgullosamente lo digo, algo hemos tenido que ver en ellos, no de ahora, de hace mucho tiempo, desde que fuimos padres de sus padres, tal como lo seguimos siendo, a mucha honra.

Y para qué hacerle al cuento: Felices cuando llegan y felices cuando se van. Ellos y nosotros.

Y a otra cosa mariposa.

Y ya lo saben, todo lo que aquí atrás escribo, en la primera parte, el desvarío, es mi simple percepción, y me responsabilizo de la verdad o ingenuidad de lo aquí expresado. La segunda parte, la cavilación, no puedo negarlo porque además de ser el autor soy parte activa de la acción.

Así de simple, ¿o no?

Eduardo

(Eduardo Gama Barletti)

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