AMIGOS: ¡Deja que te cuente: disparos que… (Guillermo Nagano Rojas)

Escrito por cavilaciones el 1 julio, 2011

JULIO 2011

Disparos que acabaron con la vida del camarógrafo.

por: Guillermo Nagano Rojas

El frío de la madrugada lo hizo despertarse, por la ventana, perlada de humedad se colaban unos desganados rayos de sol. Mirando las vigas del techo se preguntaba que hacia ahí, a medio  vestir, dormitando, que no durmiendo, en ese catre pegajoso de olor nauseabundo.

El recuerdo de la taza de café que Susan su compañera, acostumbraba ofrecerle por la mañana, le alejo por un momento de la realidad y mientras se calzaba aquellos tenis de 100 dólares, ahora reducidos a una masa lodosa de plástico, escuchó el alboroto de los zanates, aquellos pájaros negros, cuyo plumaje tenía un brillo acerado que podía confundirse con el del metal de su cámara.

De pronto las voces de las aves se convirtieron en  gritos de personas que presagiaban  otro día odioso en el que intentaría construir una noticia armada con barricadas de discusiones y gritos de los inconformes, que  armados de piedras interponían vehículos incendiados para detener la fuerza pública del señor  gobernador.

Pero el deber es el deber, así que colocó las pilas recién cargadas en su Sony Tr 456, verificó que tuviera memoria suficiente, tomo su chaleco y bajo de mala gana al pequeño comedor de aquel remedo de hotel.

El olor a café, creo nuevamente un hueco en la realidad, esto le reconfortó, aunque solo por un instante, pues un disparo le hizo levantarse sin siquiera haber tomado un sorbo.

Manuel, el periodista mexicano con el que había hecho una buena amistad, le hacia señas desde el quicio del edificio de enfrente, señalándole el sitio desde donde partían los disparos.

De pronto se hizo un silencio, que hasta los pájaros respetaron y Steve se encaminó a conseguir la imagen que le daría el Pulitzer o por lo menos le prorrogaría su empleo de corresponsal gráfico.

Los disparos habían cesado y la a situación parecía haber retornado al aburrido estado del día anterior, aparentemente sin ninguna baja, por lo que «el gringo», como le llamaban los lugareños acostumbrados a su presencia, se acercó al pequeño grupo que parecía saber lo que había pasado.

Rutinariamente puso la cámara sobre su hombro al mismo tiempo que sentía un violento golpe en la espalda, instintivamente apretó el disparador de su cámara y girando sobre sus talones, solo alcanzo a ver el brillo negro y metálico, como  alas de  zanates, del cañón de la pistola que envuelto en humo se disolvía, al tiempo sus ojos se registraban la mejor foto de su vida…

Un Comentario para “AMIGOS: ¡Deja que te cuente: disparos que… (Guillermo Nagano Rojas)”

  1. Luis Alfonso

    «La última toma, como en el cine es la mejor.»

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