29 ¡Los Hombres y sus Obras!
Escrito por cavilaciones el 12 agosto, 2011¡Los Hombres y sus Obras!
Perdón por este patético comienzo que no estaba en mis planes pero no hay que dejarlo pasar por alto. Nosotros el resto de los mexicanos no pertenecemos esa especie que plaga nuestro país hasta las entrañas más recónditas. Pasé el fin de semana con la cara de ¡¿WHAT?! Dos páginas completas del Reforma por el mitin de una rata mayor del perredismo en el Monumento a la Revolución (hasta esos revolucionarios de incierta memoria se han de estar revolcando en sus tumbas): René Bejarano. Memoria tan flaca de los mexicanos que aceptamos nos restrieguen en la cara a este devorador de dólares ilícitos, corrompidos. No cabe duda que el macho alfa es el referente de todos los de su especie y las masas que lo siguen lo confirman, ¿ustedes también Reforma? Qué pena.
Las construcciones representan a los hombres que las realizaron. Nos hablan de ellos. Nos dicen de qué estaban hechos. Nos hablan de sus intenciones al desarrollar su obra. Dejaron toda su cultura manifestada en cantera y argamasa, o labrada en piedra, y que con cada generación se iba enriqueciendo llegando hasta nosotros para asombrarnos y deleitarnos. Estas obras nos gritan de la calidad de su organización como sociedad como constructores como diseñadores e investigadores. De su entusiasmo para desarrollarlas y de los principios comunitarios sociales religiosos en los que las fundamentaban.
Díganme si no: las pirámides de Egipto, los jardines de Babilonia, La Acrópolis griega y toda su cultura, Roma que vivió 1229 años desde su fundación en el año 753 AC hasta la caída del último emperador romano de occidente en 476 DC, y sumándole los 977 años del Imperio Romano Oriental, Bizancio, que terminó con la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos en 1453, da la impresionante cantidad de 2206 años en el foro. Esa Roma imperial enriqueció lo que aprendieron de los griegos y nos heredó nuestro futuro. También tenemos sus creaciones, entre muchas: el foro romano el Coliseo las vías romanas los acueductos y de colofón Constantinopla con su Santa Sofía; las maravillosas ciudades del imperio Maya y el Inca y todos las asentamientos prehispánicos (más de 30,000 sitios arqueológicos registrados solamente en México), la exuberante arquitectura del periodo árabe español, las iglesias góticas de Francia y de otros países europeos, el renacimiento italiano, las ciudades americanas de la época de la colonia y sus hermosas catedrales y cientos de hermosuras, de todas las edades, regadas por todo el mundo como en un concurso de belleza.
Y a nosotros pobres habitantes de la ciudad de México que nos endilgaron el segundo piso vial que parte de Viaducto, sobre San Antonio y Periférico Sur, llegando a San Jerónimo, o viceversa según en qué sentido te quieras embrollar. De un día para otro nos dijeron que era indispensable que se construyera para resolver parte de los múltiples problemas viales y de tráfico que aquí padecemos. Obra que lo único que ha logrado es trasladar el congestionamiento vehicular a otros puntos de la Capital.
Lo que todos sabíamos y así nos lo dijeron aquellos responsables del gobierno del DeFe, que no se trataba del lucimiento a nivel nacional de la cabeza del Sr. Peje-López, ¡no, de ninguna manera!, pero pospusieron otros asuntos más importantes que carecían del relumbrón de los pisos superiores como el rescate de los pocos ríos que nos quedan y que son autenticas cloacas al aire libre o de las barrancas como áreas verdes, esas que tanta falta hacen, vivienda digna para muchos, abastecimiento de agua, mas líneas del metro, resolver otros nudos viales en esta enorme ciudad, el drenaje en muchas colonias y el profundo, calles pavimentadas con sus correspondientes servicios y banquetas, etc. etc. Piso superior del cual no podemos negar su tamaño impresionante y la calidad de su ingeniería y lo apantallante que puede resultar para nuestros paisanos de provincia cuando nos hacen el favor de visitarnos y que en su turística visita no se percatan de lo limitado y casi inútil que este mamotreto resulta en la inmensidad de nuestra ciudad.
Lo mejor de esta obra fue cuando llegó por fin la inauguración que nos libró a los que necesitamos circular por esta ruta del vía crucis de recorrer, en mi caso, 7 km cuando menos en 40 minutos, ¡1 kilómetro cada 6 minutos si bien nos iba!, imagínense los que hacían recorridos más largos ¡la locura! Casi lo mismo que si lo hubiera hecho al trote con los beneficios aeróbicos que eso representaba. Pero resulta que se les olvidó, o sus diseñadores no creyeron necesario que tuviera más salidas hacia el sur que las de Viaducto y Holbein; terminada y estrenada la obra reinician la construcción con la salida a San Antonio poniente que por donde quiera que la veas se trata de una improvisación más de ese lamentable piso superior. Sus tiempos electoreros apuraron esa obra y su inauguración precipitada, y de refilón por dos ocasiones, con bombo y platillo, sin importarles el mundo de detalles pendientes en toda la ruta que a todas luces se ve que definitivamente llegaron para quedarse. Avenida de tres carriles, en ambos sentidos, que de repente se convierten en cuatro y desembocan en dos y que por arte de la brocha gorda urbanista, especialidad de los especialistas de esa materia en las oficinas de obras públicas y secretaría de transporte y vialidad del DeFe (pero no se angustien ciudadanos: “la pintura amarilla altamente contaminante por su contenido de plomo la sustituimos por la blanca para todos los trazos” nos presumen los muy cínicos) se convierten en tres carriles justos yo diría milimétricos, donde los vehículos pasan rosándose como bailando tango, que conectan con el viaducto de Río Becerra con un solo carril que también por el brochazo bien aplicado, no contaminante que conste, ahora son dos que se suman a esos dos que conforman el Viaducto y que más adelante son tres estrechos carriles, embudos-cuellos de botella que en las horas pico convierten esos pisos superiores en estacionamientos kilométricos de vehículos que se desplazan a baja velocidad; recuerdo un chiste: “en la Ciudad de México solo hay coches de primera, nunca pueden cambiar a segunda”.
Después de las elecciones escuché en la radio a un periodista decir: “lástima que el Peje que ya había demostrado ser capaz de realizar grandes obras no haya salido electo presidente”. Todos los días, es mi ruta al trabajo, que veo las deficiencias constructivas que padece esa “grandiosa” obra, que no deficiencias estructurales, me deprime darme cuenta de la falta de calidad en esa vía como construcción y como solución urbanística aprobada con total carencia de espíritu crítico. Me gustaría que seis años después de sufrir ese embrollo vial escuchar de nuevo a ese señor, no creo que se atreva a sostenerlo.
La necesidad era empezar lo antes posible sin importar si el proyecto estaba suficientemente estudiado y analizado por los peritos en tránsito y vialidad, ya saben el Jefe-peje y su imagen presidenciable mandaban. Obra enorme en la cual se manejaron cientos de millones de pesos de presupuesto sin saberse realmente los costos de esas obras. Enorme alcancía que permitía la mano negra en pos de la inversión en el proyecto presidencial del mesías tropical y probablemente de algunos incognitos adicionales, que finalmente por obra y gracia de los ciudadanos votadores y un margen ridículo de votos se convirtió en “presidente autentico” de México. Hasta la fecha parece contar con su “gabinete alterno” (para mí solo una bola de vividores lambiscones) y se siente reconocido como tal. No me pregunten de donde salen los millones de pesos que se gastan en esta farsa y que tiene embobados a un buen de pobladores que se congregan a su alrededor para escuchar sus grandilocuentes peroratas ahora llenas de amor.
Marcelo Ebrard, ese que siempre sale mirándote de ladito y con cara de “¿Quédices? Yonofui”, sucesor del peje al que quisieron impulsar a la presidencia con una caricatura con sonrisa de bobo y dientes de conejo, y que está al frente del gobierno defeño y que quisiera que lo llamáramos gobernador grado que no puede tener, ni se merece, ni siquiera el de regente de la Capital como cuando eran nombrados por el mandamás de Los Pinos, título-calificativo que fue despreciado por Cuauh Cárdenas cuando fue el primer elegido por el voto ciudadano para mandar en la capirucha, por la cual no hizo nada más que calentar la silla de gobierno y dejar correr los días (¿engordando el cochinito?) para darle la estafeta a Rosarito Robles, otro cero a la izquierda en cuanto hacer algo por su paciente urbano y quien sabe cuántos ceros a la derecha en su haber, para enfrentarse a Fox por la Presidencia de la República (¿sería ese chanchito para esa campañita?). Marcelo como dije apenas y alcanza el calificativo de jefe del Departamento del Distrito Federal lo cual no creo que le haya afectado mucho pues bien dijo alguien: “no quiero que me den, quiero que me pongan donde hay” y a él lo pusieron en su mero mole, mole de categoría, para servirse a discreción sin empacharse, donde una gran ciudad requiere de grandes obras para medio paliar sus necesidades y grandes cantidades de dinero de los impuestos locales más la parte de los federales que le tocan y de préstamos hasta donde alcance la capacidad de endeudamiento de la Tesorería del DeFe, al fin que en cualquier momento dice: “hasta aquí llego yo y ahí les encargo al enfermito”. Y nadie que pida cuentas, la Asamblea Legislativa del DeFe funciona con la cargada amarilla y solo aplaude, algo le ha de tocar a la bancada. Esos millones han alcanzado para todos los planes del gobierno ebradorista y para repartir. Es bien sabido, a la chita callando, de sus apoyos para campañas electorales de contlapaches del PRD, y alguno que otro colado, por todo el país, el más reciente de los ejemplos es la campaña de Añorve en el estado de Guerrero. Y seguramente cubre el enorme gasto mensual de “Ufemia” su pareja de años ahora su odiado y acérrimo competidor por la candidatura para presidente por las izquierdas. Coincidencia, o solo siguiendo los pasos de su exjefe y ex maestro pejeriano, ya nos están construyendo otro periférico sobre el actual periférico, del cruce con San Antonio hacia el norte hasta Cuatro Caminos y de San Jerónimo hacia el sur hasta más allá de Cuemanco. Obra, que ya tuvo dos percances, que bien a bien no sabemos qué porcentaje de avance y de inversión lleva, esto último más que imposible pues ni siquiera hemos sido informados del monto de los contratos y nadie sabe si se concursaron, si nadie sabe lo que se gasta nadie sabe lo que se pierde para beneficio de quien sí sabe donde se pierde. Vía superior de no sé cuántos kilómetros de tres carriles, si amigos, esta será otro experimento de carretera de peaje elegantemente llamado “reversible”. Si amigos, solo se trata de un plan a la mitad, otro plan que estoy seguro quedará agotado a las primeras de cambio, bendito placebo para la gravedad del paciente. Igual que el metro que se construyó a cuenta gotas y que por no haberlo planeado y construido oportunamente no hay inversión que alcance para todas las líneas que este monstruo citadino requiere en estos tiempos.
El problema es mayúsculo, enorme y los números hablan. Los siguientes datos los obtuve de un artículo de Francisco Fernández-Castillo publicado en Reforma y no tiene desperdicio: 25 millones de autos circulan por todo el país, 1 por cada 4 habitantes; 25% (6.2 millones) de ellos se apretujan en el DeFe y de lunes a viernes al menos 85% de ellos circulan en la ciudad a una velocidad máxima de 22 km por hora y de 3 en las horas pico. El promedio de nosotros aplanamos las posaderas por tres horas diarias sentados en un vehículo en medio de la vorágine auto-callejera padeciendo el estrés que esto conlleva. Súmenle la contaminación atmosférica y acústica que pega a todos sin distinción. 30% de los viajantes capitalinos lo hace en el 83% de los automóviles, el otro 70% usa el mediocre y atiborrado transporte público. El “Hoy no circula” resultó contraproducente pues mal que bien te hacías de un segundo auto aunque fuera una carcacha, con el beneficio que estas pagan menos tenencia que los nuevos aunque contaminen el doble o hasta el triple. En 15 años de estar vigente el hoy no circula, aunque se trataba de una medida temporal, el número de autos se duplicó. Hay muchos absurdos que corregir en esta ciudad en vez de faraónicos proyectos engordadores de marranos, los de barro y sus dueños. Pongan a sus genios a generar ideas inteligentes, efectivas y con futuro, nada de temporales, para el uso de los autos. Seguro por ahí hay ideas que se pueden afinar siempre y cuando no metan su cuchara los políticos burócratas afanados, como el profe René Bejarano y su socia y esposa: la brillante dolores padierna, en la búsqueda de la oportunidad de su vida.
Marcelito chúpate el dedo al son de tus babeadores asesores chupadores de dedo, ¡ah! no se olviden del babero para no salpicarnos. No creas que los que vivimos bajo tu férula también nos chupamos el dedo, nos tuvieron en párvulos por muchos sexenios pero estoy seguro que ya nos graduamos y si estas confiando que esta obra te dará votos para tu proyecto sexenal te aseguro cuando menos con el mío no cuentas. La verdad es que merecemos mejores y más comprometidos gobernantes pero yo que soy un iluso ciudadano no veo en ningún lugar, ni con la lámpara de Diógenes, alguien con la capacidad y los redaños para serlo.
Y volviendo con lo que empecé esta perorata blanquiazul: ¿Qué dirán en el futuro de nosotros todas estas obras? y esos paisanos del futuro ¿qué dirán de nosotros? A lo mejor sin temor a equivocarme dirán: “¿Y estos presumidos que crearon? Sí que pasaron todo su día de noche. De verdad que eran mediocres”.
Ya saben, todo lo que aquí expreso es por mí cuenta y responsabilidad y lo pongo a su disposición para que lo hagan trizas. También saben que sus comentarios siempre serán bienvenidos.
Así de simple, ¿o no?
Eduardo
(Eduardo Gama Barletti)



Te felicito por escribirlo, aunque yo pienso exactamente igual, no podría expresarlo tan bién.Qué opinas de las marchas que desgracian toda la actividad laboral incluyendo a los que nomás fueron al DF a hacer algún trámite o de paseo?