AMIGOS: «Ya soy arquitecto… ¿Y ahora qué?» (Guillermo Nagano)

Escrito por cavilaciones el 4 septiembre, 2011

«Ya soy arquitecto… ¿Y ahora qué?»
No ha sido fácil pero si divertido.

Guillermo Nagano Rojas
DOS MIL ONCE

ARQUITECTURA DIVERTIDABajo la tensión de que el ejército tomara nuevamente la Ciudad Universitaria y dado que el Movimiento del 68 era aun una herida abierta; el 18 de diciembre de 1968 las 13 horas, en las instalaciones de la ENA,ante los arquitectos Carlos Contreras Pages, Bernardo Calderón E. y Enrique Langenscheidt O., expuse mi proyecto “Teatro en la Ciudad de México” y después de una breve deliberación y breve ceremonia, tenia yo un documento que me acreditaba como arquitecto.

Debo decir que de mi jurado solo había tomado clase con al Arq. Bernardo Calderón; en cuya clase de estructuras, además de los cálculos propios del oficio, el pizarrón se llenaba sucesivamente de formulas y diagramas para determinar la distancia a la que una cuerda atada a un cohete espacial se rompería por su propio peso. Para la humanidad se iniciaba la competencia por llevar un hombre al espacio y para mi generación, el reto de diseñar el espacio del hombre.

Ignoraba yo las contribuciones que el arquitecto Contreras hacia al diseño urbano y a
la arquitectura del paisaje y del arquitecto Langenscheidt supe entonces que se pronunciaba “Langeshain” y posteriormente que fallecería en un sospechoso accidente aéreo junto con el Arq. Jorge González Reina, el tenista “Pelón” Osuna y el Lic. Carlos Madrazo.

Las instalaciones olímpicas eran la novedad en la arquitectura y el Metro iniciaba una era en el transporte capitalino.

Fue la mía una generación que aprendió Estereotomía ó corte en piedra, cuando los canteros ya habían desaparecido y los carpinteros cimbraban paraboloides hiperbólicos en vez de hacer ensambles “cola de milano”.

Los especialistas empezaban a cobrar fama y se les definía como “alguien que sabe todo acerca de nada” en oposición a un todólogo, que era “alguien que sabe nada acerca de todo”.

Como integrante de las generaciones que transitaron de la “todología” a la especialización en el ejercicio profesional; todavía me tocó diseñar individualmente para usuarios de clase media (hoy compradores de viviendas de serie), sobre un restirador, dibujar con graphos, hacer copias en papel heliográfico y “maduro”; calcular con regla de cálculo, construir con tabique rojo recocido de 7x14x28 (que realmente medía .07 x .14 x .28 M.), supervisar, gestionar y administrar obras sin más apoyo que una secretaria y un buen maestro de obras. Casi todo obsoleto o desaparecido hoy en día.

Junto con algunos amigos he fundado y desaparecido: despachos de diseño y construcción en las que he sido dibujante, caricaturista, maquetista, perspectivista, diseñador gráfico, arquitecto, urbanista, promotor, administrador, gerente, constructor y supervisor de proyecto y obra.

Participar en el sector público también me permitió realizar actividades que incluyeron desde diseños de logotipos, hasta planes de desarrollo de ciudades y municipios, pasando por una variedad de otros diseños.

Hoy disfruto al tratar de compartir algunas de estas experiencias a los alumnos, futuros arquitectos, de la UAM Xochimilco; y antes a los del Taller 3, del Autogobierno de la entonces Escuela Nacional de Arquitectura, (ENA) de la UNAM; y de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, (ENEP) plantel Aragón. De todos ellos también he aprendido y sigo aprendiendo y veo con satisfacción que antiguos, más no viejos alumnos, hoy se desempeñan brillantemente como arquitectos y como personas.

En treinta y cinco años de vida profesional he conocido muchas cosas y olvidado otras tantas; pero para mi fortuna sigo aprendiendo de cada proyecto, cada obra, cada operario, cada usuario, cada material, cada estructura, cada instalación, cada espacio, cada programa arquitectónico y ahora CADa dibujo. En todo ello encuentro el reflejo de una sociedad, un país y un planeta que cambian a cada instante.

La manera de construir también ha cambiado así como el ejercicio de la profesión, sin embargo encuentro que la arquitectura; pasada, actual y espero que la futura, sigan siendo lo que siempre han sido: fuente de bienestar, belleza y satisfacciones.

Algunas ideas acerca de la Arquitectura
La arquitectura es algo que los filósofos pueden explicar muy bien, aunque a veces no se les entienda; los usuarios la disfrutan aunque no se les explique y para quienes no somos poetas, definir la arquitectura con palabras es algo que no le da su verdadera dimensión y significado, por ello me conformaré con mencionarles lo que hasta la fecha ha sido para mi.

Primero que nada mi principal oficio,  después, un medio de satisfacer las necesidades de alojamiento y disfrute del espacio de las personas; también es el resultado de un trabajo de equipo. Físicamente, es un conjunto de materiales dispuestos de acuerdo a las técnicas constructivas de diferentes épocas, al mismo tiempo que un fenómeno artístico y cultural, que la convierte en un documento para la historia.

Es también un recreo espiritual y una comunión de ideas. Puede aparecer de repente o puede haber estado desde siempre, puede existir sin construirse y puede no existir en lo construido. Todo ello a veces junto o a veces en partes. Pero estoy convencido que siendo eso y mas, en lo fundamental la arquitectura es una percepción que nos permite identificarnos con el entorno, es como un áurea que emana de las personas y las hace sentirse protegidas y al mismo tiempo integradas con el espacio y la forma.

De acuerdo con las imágenes que la tradición cristiana nos ofrece, Adán y Eva y su medioambiente; el Paraíso, se relacionaban en una forma perfecta, por lo que no requerían de vestimenta y menos aun de casa. Clima,  flora y fauna eran un todo armónico: la esencia de la arquitectura diría yo.

Siguiendo con esta idea, cuando el paraíso se perdió, hubo entonces necesidad de recurrir a vestimenta y casa para protegerse del entorno.

Los elementos de la casa: techo, muros, pisos, puertas y ventanas; lograron de manera imperfecta la protección física y hoy gracias a la tecnología de manera casi perfecta; pero la búsqueda del paraíso perdido y de la armonía original parece residir en el fondo de la conciencia del hombre, que de manera simbólica intenta encontrar en la arquitectura; en el muro protector, la cúpula que nos acerca al cielo, la ventana que se abre al jardín y el sendero que nos lleva al horizonte.

Tomando la idea muy subjetiva de que la arquitectura es la percepción de una emoción, es esa emoción la que le otorga a las construcciones su calidad de arquitectura, lo demás es construcción. Sin menoscabo del arte de construir, que puede ser maravilloso, pero si no sentimos esa emoción que nos acerca al paraíso, entonces, esa no es arquitectura.

Aquí debemos tomar en consideración que la información, la cultura, la carga genética y el entorno influyen en la manera que las emociones afectan a las personas; entonces cada persona tiene su propia versión del paraíso y consecuentemente su visión e identificación de la arquitectura.

Desde luego y gracias a los sentimientos y emociones compartidos y socializados, es que se han construido y se disfrutan los grandes monumentos de la arquitectura o los pequeños detalles de diseño que podemos encontrar en el objeto más sencillo.

Hacer arquitectura

Por ello me parece que un buen principio para hacer arquitectura es la comunión de ideas y sentimientos que se pueden reunir en un equipo de trabajo. El equipo de trabajo que considero ideal para hacer arquitectura es aquel que reúne a un grupo básico de personajes: el que lo quiere habitar, o usuario; el que lo diseña o arquitecto y el aquellos que lo construirán.

Alrededor de ellos existen muchos otros equipos de trabajo.

Alrededor del usuario esta de manera muy importante el equipo que le provee de recursos: su negocio, su empleador, su banco, etc. También esta su familia, las personas que le darán mantenimiento a la construcción, la comunidad donde se ubicará, etc. El arquitecto se apoya y comparte responsabilidades con técnicos, dibujantes, personal de apoyo, especialistas en costos, estructuras, instalaciones, etc.
El constructor agrupa proveedores, maestros de obras, albañiles, operarios, etc. Y si alrededor de ellos se encuentra una sociedad en las que autoridades e instituciones integran un todo armónico entonces las posibilidades de producir arquitectura son casi totales.

Un elemento toral para la producción de arquitectura es la manera en que los personajes antes citados se relacionan con el entorno; entorno que es la conexión física y sensorial con la naturaleza, es lo que esta al otro lado de muros, ventanas y techos; es lo que nos arremete o nos beneficia; es lo que vemos, es donde esta el sol, el aire, el viento, la flora y la fauna; es donde se producen las alboradas y los ocasos; es donde llueve y nieva; es donde se encuentran los otros; es en fin donde esta la parte visible  de la vida.

El paraíso se perdió, solo nos quedó la arquitectura.

La perfección se quedó en el paraíso, así que la lucha por recuperarla, mueve la vida en este mundo. En diferentes frentes, con diferentes actitudes, con buenas y malas acciones las personas buscan su fracción de paraíso en esta vida y esperan algunos encontrar el paraíso entero en otra vida.

La arquitectura es nuestra fracción de paraíso, algunas veces la podemos hacer crecer hasta la calle, la plaza y el barrio, aun, hasta la ciudad. Lo mejor sería poder extenderlo a todo el planeta, tarea que hoy parece imposible.

La falta de respeto entre las personas, provoca guerras y conflictos; lo mismo se pretende apoderarse de las riquezas de una nación que del vehículo de una persona, igual se invade un territorio que se allana una casa para apoderarse de sus contenidos. Se construyen muros en las fronteras de los países de igual manera que rejas en casas y calles de las ciudades y barrios.

Una de las actividades en que actualmente se invierte mas tiempo, dinero y esfuerzo, es en poseer, construir y cuidar  nuestra fracción de paraíso, pequeña o grande. Con  más tecnología, con materiales más durables, a veces con mayores recursos económicos y con mayor rapidez continuamos construyendo pequeños e imperfectos Edenes.

Es la nuestra una época de desasosiego y crisis, sin embargo preparar a los jóvenes para diseñar y construir  con honestidad y entrega, puede ser una manera de contribuir al restablecimiento de las condiciones políticas y sociales que permitan acercarnos a  un paraíso de mayor tamaño.

Los intentos que a lo largo de mi vida he realizado para hacer arquitectura han sido los que el tiempo y las circunstancias de este país que vive sexenalmente han permitido.

En una simbiosis por demás interesante ejercicio profesional y academia se complementan, beneficiando mis conocimientos y los de mis alumnos, lo cual repercute en los ejercicios de diseño, tanto académico como profesional.

Guillermo Nagano Rojas

4 Comentarios para “AMIGOS: «Ya soy arquitecto… ¿Y ahora qué?» (Guillermo Nagano)”

  1. Luis Alfonso

    Tantos años transcurridos de espíritu como de amistad. Me parece que fuese ayer los años compartidos en la escuela al leer tus líneas así como las coincidencias iniciales de profesionales y vivencias que mencionas ademas de las propias según cada quien su vida.

    Felicidades y gracias por el recuerdo.

  2. Como que te cosquillea el estomago: tantas iniciativas plasmadas dentro de tantos recuerdos.
    ¡Viejos amigos Amigos toda la vida!
    Eduardo

  3. Matias naredo

    Te felicito guillermo, te recuerdo en la ena, gracias por tu descripcion exacta

  4. guillermo perea

    interesante, comunícate conmigo

Deja un Comentario